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Mujer soltera busca

Publicado: 2009-10-07

Uno de los primeros retos que debe afrontar una chica de cascos ligeros al regresar a la soltería es conseguir un saludable y relativamente constante abastecimiento de sexo. Las formas de asegurarse ese suministro van desde aplicar las técnicas de seducción femenina para levantarse desconocidos cada fin de semana, conseguirse un nuevo novio o, la que me parece más sencilla, encontrar a un eficiente espécimen del género masculino (o del de su preferencia) que se convierta en su fuck buddy.

El primer escenario es poco sostenible porque, indefectiblemente, los muchachos elegibles se van a acabar (especialmente en una ciudad como la nuestra) y nos veremos obligadas a reducir nuestros estándares para mantener el suministro, y eso no se lo deseo a nadie. La segunda posibilidad es más nefasta porque el primer mandamiento de las relaciones es que nunca se debe buscar tener una y, mucho menos, solo para satisfacer la calentura natural de la primavera.

A los que no estén familiarizados con la tercera opción (porque están con el mismo chico (a) desde que tienen 15 o acaban de salir de un refugio nuclear) les explicaré que un fuck buddy es un chico (a) con el que te llevas razonablemente bien, por el que sientes (en el mejor de los casos) amistad y con el cual puedes tener sexo cuando te provoque. Pese a que suena como la panacea, la verdad es que conseguir un chico dispuesto a cumplir este rol en nuestra bella y colonial Lima es un poco complicado.

Yo, por ejemplo, tenté con un amigo mío al que le tenía curiosidad hace tiempo y que, al parecer, cumplía lo que yo creía eran los requisitos para convertirse en mi amigo para tirar (traducción del autor). Después de una primera noche de sexo no del todo satisfactorio pero bastante prometedor y una mañana pajísima de compañía y conchitas a la parmesana, puse un check en la lista de las cosas que tenía que hacer a mi regreso a las canchas y escribí su nombre en el recuadro de fuck buddy.

Pues, bueno, unos días después, y habiendo dejado en claro ambos que lo que podía pasar entre nosotros se limitaba a los cuatro ángulos de su cama (y, si la situación lo ameritaba, a otros espacios de su casa), busqué repetir la interacción un par de veces pero comprobé que faltaba a uno de los requisitos que ahora he identificado como indispensable del amigo para tirar: estar disponible.

Pese a que eso en sí mismo no es un problema insalvable, me di cuenta de una cosa que evidenciaba aún más que este chico no podía ocupar ese puesto en el organigrama de mi vida personal: a mí me molestaba que no estuviera disponible para mí cuando me provocaba.

Pese a que lo sigo adorando, el chico ha regresado a la categoría de muy buen amigo y su nombre ha sido borrado de mi formulario. Por eso, he decidido hacer una convocatoria abierta para tratar de encontrar a quien pueda proveerme del necesario intercambio y desfogue de energías en la medida en que no encuentre mejores perspectivas en mis noches limeñas, sin rollos de por medio.

Para evitar confusiones, listaré los 10 requisitos que debe cumplir el sex buddy ideal. Espero que el detalle ayude a las chicas que están en mi misma situación a distinguir un tire de una noche de un potencial amigo para tirar y de un amigo a secas (que son tres mundos distintos). Pero también deseo que los chicos (y las chicas, que a veces son las que más se confunden) entiendan qué se espera de ellos en estas situaciones y, llegado el momento, no la rieguen con fuerza. A mí, lamentablemente, escribirla me ha hecho darme cuenta de que nadie que conozco encaja, a primera vista, en el perfil. Cruzo mis dedos y espero sorprenderme.

Decálogo del fuck buddy

Cumplidor. De nada serviría un amigo para tirar que no sepa cómo hacerlo. Para ganar todos los puntos en este rubro de calificación se requieren algunas dimensiones físicas básicas, que, en todo caso, pueden ser compensadas por una gran vocación de servicio. Si hay tamaño y cortesía, pues mucho mejor.

Amable. El muchacho debe entender que también sale ganando de la interacción así que, ante todo, está obligado a ser buena gente con su contraparte. Responder el teléfono con gracia y reunirse con alegría. No todos los chicos tienen una chica dispuesta a tener sexo con ellos sin pedir nada a cambio (y me refiero a amor, no plata), así que agradezcan. Si puede haber un abrazo post orgasmo, mil puntos adicionales para ustedes. Una buena conversación en la mañana tampoco le hace daño a nadie.

Disponible. A menos que la otra parte te llame todos los días y esto empiece a chocar con tu desempeño laboral, debes hacer un esfuerzo para responder con altura a todos los booty call. A cambio, el otro debe entender si tú tienes algo que hacer. Sin embargo, dar excusas sonsas lo único que va a hacer es que regresen a ser amigos sin beneficios. Para los chicos: si te llama una chica con la que has tirado una vez, nunca olvides que tienes la posibilidad de convertirte en su tire fijo, así que no la evadas pensando que se está templando de ti. Pulsea la situación y actúa solo si hay evidencia de que es relajada.

Mesurado. Sí, es complicado ver tanto a una persona calata y no pensar en estupideces como que te estás enamorando o algo así. El verdadero fuck buddy entiende que la atracción que siente (más allá de la sexual) es solo una reacción irracional al hecho de que la otra parte no quiere nada más que sexo con él. No sé si sea necesario decirlo, pero mencionar palabras que empiecen con "am" y terminen en "o", están prohibidas.

Caleta. La tentación de aprovechar ese minuto de silencio en la chupeta con tus patas después de la pichanga para decir "No saben a quién me estoy tirando!", es fuerte, pero debe ser dominada. Parte del acuerdo de la amistad con todos los beneficios es que, a la vista del mundo, debe mantenerse como tal, una amistad.

Nocturno. Con esta persona no vas a ir al cine, ni al teatro, ni a cenar a ese sitio que tanto te gusta ni la puedes llamar a preguntarle “¿cómo está tu día?” (puaj). Puedes ir al telo, a tomar unas chelas a un sitio caleta, a tu casa, a su casa, a comer algo de madrugada, máximo un almuerzo de domingo si la amistad preexistente al contrato de satisfacción sexual mutua lo amerita. La hora ideal para el booty call: las 2:00 a.m.

Medianamente sobrio. Debido a las horas en las que la interacción entre los amigos con derecho a frote se suele dar, es importante que el sex buddy no se emborrache a niveles que le impidan tener un, al menos, adecuado desempeño sexual. Si los influjos del alcohol, cigarros o el trabajo le impiden dar la talla, puede asumir actitud de servicio o abrazar cariñosamente a su compañera. Ni se te ocurra decir "No sé qué pasa, es la primera vez que sucede". Todas las chicas (hasta las más monses) sabemos que eso no es verdad.

Educado. A la hora en que alguno de los dos decida retirarse del escenario del crimen, no vale irse sin despedirse. Lo ideal, para mi gusto, es decir adiós con un beso en el cachete (este punto lo trataremos más ampliamente en el próximo Manual de Carreño Postcoital). Si hay mucha confianza, puede ser un pico, pero es preferible que, fuera del acto sexual propiamente dicho, las interacciones se manejen a niveles absolutamente amicales.

Cauto. Como todas las consideraciones anteriores, esta se aplica a los dos. Hay que monitorear si la otra persona empieza a confundir sexo con amor (pecado más común de lo que quisiéramos los que abogamos por la felicidad) y, si eso pasa, empezar a bajar la velocidad paulatinamente o frenarla intempestivamente, pero siempre diciendo cuál es el problema. "Creo que esto se está saliendo de nuestras manos", suele ser un buen punto de partida. Pero más importante es, ahora lo veo, estar pendiente de lo que uno va sintiendo y tomar las precauciones del caso.

Honesto (especialmente con él mismo). Y acá está lo principal. Hay gente que establece interacciones que guardan todas las características de una amistad con accesos genitales privilegiados pero nunca se lo comunican a su contraparte. Esta situación puede tener consecuencias devastadoras como que una de las partes se enamore mientras que la otra, se mantiene tan fresca. Como la idea no es hacerle daño a nadie, la sinceridad debe primar, así suene dura. "No estoy listo para una relación, pero podemos seguir teniendo sexo, si te parece", puede evitar grandes problemas, como llamadas en medio del llanto, llanto en medio del sexo (lo peor), odios exacerbados posteriores... Ustedes entienden.

Y bueno, eso es. Los interesados pueden buscarme en los points nocturnos de mi preferencia y tratar de seducirme. Si atraco, y les sigo hablando en la mañana, tienen un chance. Los que no cumplan los requisitos (especialmente el número 1, porque el resto pueden aprenderse con mi sabio entrenamiento), abstenerse.


Escrito por

alecosta

Femenina periodista (no feminista) con una obsesión por aplicar los parámetros de la ciencia a su vida sentimental. Cree que ha encontrado la fórmula para atraer a los hombres que le gustan y mantenerlos a su lado (y felices) por el tiempo que a ella le provoq


Publicado en

Cascos ligeros

O de cómo sobrevivir licenciosamente en Lima